Edward Ray Cochran no se encontró al diablo en un cruce de caminos. Ni siquiera tuvo la suerte de ser uno de los primeros rockeros como su famoso homónimo. Fue alguien que quería vivir del blues y lo dejó todo en busca de un sueño. Abandonó a su mujer encinta, su trabajo, su casa y siguió los pasos de Robert Johnson, intentando que su voz y su guitarra fueran las que hablaran del gran “Meteor Slim” y no del pobre y desgraciado Eddie Cochran.Aquí tenemos un cómic para todos aquellos amanttes de la música, más en concreto la música blues. En este delicioso ejemplar encontramos a un Frantz Duchazeau, un dibujante de sobrada calidad, explendido. Un dibujo muy artístico en blanco y negro con tinta china. Trazos muy sinuosos y frotes de pincel seco que otorgan a esta obra la sucia atmósfera de esa América de los años 30, donde solo vemos qu epobreza, suciedad y prendas añejas.
En la obra no encontraremos nada más que una búsqueda por el triunfo y el conocimiento de una pasión artística. En este caso la música blues y la guitarra. Con un pequeño macuto y una guitarra vieja comienza nuestro protagonista el viaje de llegar a ser METEOR SLIM.
No podeis perder la oportunidad de leer esta delicia. De la mano de ponent mon.
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